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Sal - Información general
La sal, o cloruro sódico o de sodio (NaCL), es la única roca mineral comestible por el ser humano y es, posiblemente, el condimento más antiguo, más barato y más empleado en la actualidad. Aunque solamente existen dos tipos de sal según su procedencia (la sal marina, que se obtiene de la evaporación del agua de mar, y la sal gema, que procede de la extracción minera de una roca mineral denominada halita), la comercialización de la sal ha dado lugar a sales con perceptibles diferencias de sabores y texturas, que llegan a hacerlas más o menos atractivas al consumidor. Esos “tipos” de sal dependen de factores como la pureza, la forma de los granos o lascas, los aromas y sabores que se generan de forma artificial o mezclándola con otros componentes, etc. Entre estas sales encontramos ejemplos como la sal refinada, la sal de mesa, sal ahumada, sal de mar, flor de sal, sal maldon, sal guerande, sal negra, sal de apio, Gomashio, Halen Môn, Halita, sal yodada, etc Siempre que pongas a cocer agua, evita añadir sal hasta que no haya comenzado a hervir, la razón es que la sal sube el punto de ebullición de los líquidos y el agua tardará mucho más en hervir. De forma contraria, si quieres que un alimento se descongele antes, añádele sal, ya que esta reduce el punto de congelación de los alimentos.
Sal - Historia
El consumo de sal ha sido datado en China en el siglo XXVII a.C. El hombre pronto descubrió que la sal era, además de un condimento que realza ciertos sabores, el mejor conservante que había para las carnes y pescados conservándose en buenas condiciones durante meses. Los emplazamientos humanos primitivos se veían en muchos casos coaccionados con la ubicación de los depósitos de sal, y su importancia para la vida es de tal calibre que ha marcado el desarrollo de la historia moviendo las economías, siendo objeto de impuestos, monopolios, guerras, y pudiendo llegar a ser incluso un tipo de moneda.
Sal - Información nutricional
La sal no aporta calorías, hidratos, proteínas ni grasa, pero sí minerales como cal, yodo, calcio, manganeso, magnesio (valores que dependen y mucho del tipo de sal) y, evidentemente, el elemento con mayor concentración, el sodio. Un consumo de sodio por debajo de la dosis recomendada (6 gr de sal al día) produce disminución de peso, reduce la emisión de jugos gástricos, afecta a la composición del sudor, hace que se tenga apatía, debilidad, desvanecimiento, anorexia nerviosa, baja presión arterial y, en casos extremos, colapso circulatorio, shock e incluso la muerte. esto sucede porque la carencia total de sal en la dieta puede impedir mantener actividades del organismo como la respiración y la digestión. De todas formas, dado que hoy consumimos sal casi sin saberlo, el problema es el exceso de sal, que produce aumento de la presión arterial y retención de líquidos, lo que puede llegar a ser muy peligroso para la salud, sobre todo para personas con problemas cardíacos e hipertensión.
