Receta de Cochinillo de Segovia

Para que el horno tenga la temperatura perfecta y el cochinillo haya podido impregnarse bien de sabores y aromas, empezaremos a preparar esta receta al menos con una hora y media de antelación.

Así, por un lado, ponemos el horno a calentar a 150ºC (por arriba y por abajo) y por otro lado, en una bandeja grande de barro, ponemos el agua, echamos las hojas de laurel y reservamos mientras preparamos el condimento del cochinillo.

Cogemos unas 4 cucharadas colmadas de manteca de cerdo y la ablandamos un poquito con un toque de microondas.

A continuación, añadimos a la manteca una cucharadita (más o menos) de sal gorda, mezclamos bien y con nuestras propias manos, empezamos a untar a conciencia el lechón tanto por dentro, como por fuera.

Ponemos el cochinillo en la bandeja de barro con la piel hacia arriba, la pinchamos un poquito con un cuchillo, y espolvoreamos todo con las ramitas de romero desmigadas.

Reservamos y esperamos a que termine la hora y cuarto que queda de reposo.

Pasado ese tiempo, retomamos la preparación de nuestro tostón. Metemos la bandeja en el horno a media altura.

Mantendremos el cochinillo en el horno durante una hora y media, abriendo cada media hora para regar la carne con su propio jugo y agregando (si vemos que se evapora por completo), un poquito más de agua o caldo de carne en la base de la bandeja.

Transcurrido el tiempo de horneado, sólo nos queda dar el toque crujiente tan característico del cochinillo de Segovia; para eso, subimos la temperatura del horno a 190ºC y lo mantenemos otra media hora más. Listo.

Foto orientativa: Diego y tal

Si quieres dar un poco más de sabor a tu cochinillo, te recomiendo que lo condimentes el día antes, así estarán todos los sabores más impregnados. Es más, si quieres dar un toque extra de sabor, puedes pelar unos 5 dientes de ajo, triturarlos en un mortero y añadirlos a la manteca de cerdo. E incluso añadir un poquito de tomillo y con esa mezcla y la sal, embadurnar el lechón antes de hornearlo.