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- Receta de cochinillo lechal
Extraordinario cochinillo lechal, crujiente por fuera y excepcionalmente tierno por dentro. Sabroso y merecedor de la mejor de las mesas.
El cochinillo lechal no debe tener más de tres kilos y primero lo meteremos en un cubo con agua bastante fría y lo dejaremos durante una o dos horas. Pasado ese tiempo, lo sacamos, lo limpiamos y lo secamos, por dentro y por fuera.
Chamuscaremos la piel en la llama de la cocina, para que pierda los pelos, sobre todo en la zona de la orejas y las patas, y salpimentamos el cochinillo lechal también en las zonas internas y externas.
Pelamos los ajos, los majamos y los mezclamos con la manteca, y un poquito de tomillo y romero picado. Con esta pasta untaremos el cochinillo lechal entero, interior y exterior. Lo colocamos panza arriba, en una fuente de barro, en la que habremos puesto una rejilla para que el lechón no toque el fondo.
Lo metemos en el horno precalentado a fuego medio/bajo y echamos en el fondo de la vasija un vasito de agua y el laurel, para que vaya desprendiendo vapor y haciendo sudar la pieza. Pronto comenzará a soltar grasa, que se mezclará con el agua y es importante que, durante el asado, vayamos regando el cochinillo lechal con este líquido.
60 minutos después lo sacaremos del horno y le daremos la vuelta. Regamos el cochinillo con el vino y dejamos que hornee otro par de horas, rociándolo frecuentemente con el líquido de la cazuela.
Foto orientativa: LWY
Es importante que en la última fase del horneado, pinchemos la piel del cochinillo lechal para que nos quede más crujiente.
Macerada y hecha al horno, la carne de cochinillo queda crujiente por fuera, y jugosa y tierna por dentro con esta receta.
Sin duda, el cochinillo relleno es el plato por excelencia de las reuniones solemnes para familiares y amigos. Cochinillo relleno con carne y especias.
Un cochinillo crujiente por fuera y jugoso por dentro, hecho a las brasas de un buena hoguera, en un asador fijo. ¡Lo tienes que probar!
Carne de cerdo joven macerada con una mezcla muy sabrosa y aromática, horneado y bañado con miel. Una mezcla exquisita de dulce y salado.