Por nutritivos, por su delicioso sabor, por lo fácil que resulta cocinarlos, porque sólo llevan limón, laurel y sal... ¡Tienes muchas razones para hacerlos!
Para que podamos llevar a la mesa los mejillones al vapor con la presencia que es debido, lo primero que debemos hacer (y lo más laborioso) es limpiar uno a uno las conchas de los mejillones retirando todo tipo de incrustaciones e impurezas.
Cuando estén limpios los mejillones, los lavamos bien poniéndolos en un escurridor sobre un chorro potente de agua fría.
En una cazuela ancha, echamos el agua (hay quienes añaden también un poco de vino blanco para darles un punto de sabor extra a los mejillones), el limón cortado en gajos, el perejil muy picadito, las hojas de laurel, y la sal, y encendemos el fuego al máximo. Cuando empiece a soltar vapor el agua, echamos todos los mejillones, tapamos, y esperamos a que empiece a bullir.
Moderamos el fuego, y a partir de ese momento, esperamos 10 minutos para asegurarnos de que los mejillones al vapor están todos abiertos y bien hechos.
Con esto, ya sería suficiente. Sólo nos quedaría servir los mejillones en una bandeja o cazuela de metal que guarde el calor, para que se mantengan calientes mientras se comen.
Foto orientativa: Sarah_Ackerman
Si tienes por casa unos mejillones, laurel, ajos, vino blanco, vinagre, pimentón y aceite, no dudes hacer esta receta deliciosa y fácil.
Una variante muy orijinal de los conocidos mejillones a la vinagreta, en donde lo único que es real es la carne del mejillón, el resto no es lo que parece.
Una forma sencilla y deliciosa forma de degustar unos ricos mejillones elaborados al horno, con un toque de ajo, perejil y limón.
Con un relleno de mejillones, bechamel y sofrito de verduras, todo mezclado y triturado, haremos unos mejillones tigre picantes exquisitos para entrantes.
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