Con esta facilísima receta, nuestras almejas congeladas quedarán riquísimas con su salsa de ajo y perejil y no tendrán nada que envidiarles a las frescas.
Lo primero que tendremos que hacer será poner las almejas congeladas en un recipiente y llenarlo de agua hasta cubrirlas. En pocos minutos veremos que a medida que se descongelan ser irán abriendo. Después, les quitaremos el agua y las lavaremos para eliminar la posible arena que pudieran tener.
Mientras se descongela el marisco, trocearemos los ajos muy finos y los podremos en una cazuela con un chorrito de aceite de oliva virgen. Esta cazuela debe ser grande porque es importante que las almejas tengan su espacio y no se amontonen. Si se tiene una sartén grande y alta, es preferible hacerlo en ese tipo de sartenes.
Justo en el momento en que se empiezan a dorar los ajos, añadiremos las almejas ya descongeladas, lavadas y escurridas, las hojas de laurel, las ramitas de perejil finamente picadas, los dos vasos de vino blanco y un poco de sal. Lo dejaremos hervir unos diez minutos.
Aparte, diluiremos en medio vaso de agua la cucharadita de harina de maíz, se la incorporaremos a la cazuela y lo dejaremos hervir otros cinco minutos más para que nuestra particular salsa verde espese un poquito.
Transcurrido este tiempo, retiramos del fuego y servimos de inmediato, pues este plato debe servirse muy caliente.
Foto orientativa: Max-Leonhard von Schape
Gambones, almejas, cebolla, ajo, un bueno chorrito de vino blanco y, si se quiere, el pescado blando que tú elijas o más te guste... No puede salir mal.
Tan fácil como abrir y cocinar almejas con vapor hay pocas cosas. Y lo mejor es que nos queda un plato de lo más resultón para tapeos, acompañamientos, etc.
Una forma muy fácil de cocinar las almejas que respeta la intensidad de sabor de este delicioso plato marinero, sólo ajo, vino, perejil y un poco de limón.
Originales almejas en gelatina de vino de Jerez, con lecho de puerros y cubierta de verdurillas.
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