Un caldo de alubias con patatas, repollo, jamón, carne de cerdo, chorizo... Vamos, que más que un caldo de sopa ¡es un potaje completo y bien nutritivo!
La noche anterior de empezar a hacer el caldo gallego como tal, meteremos las alubias en agua y las tendremos en remojo durante al menos 12 horas.
Llegado el momento de la verdad, el repollo lo cortaremos fino, las patatas las pelamos y las troceamos y lo reservamos todo.
Lo primero que hacemos es hervir las alubias con los huesos de caña y rodilla, el tocino y las costillas muy lentamente en una cacerola grande, hasta que estén casi blandas. Tendremos que espumar varias veces para purificar el caldo.
A continuación, agregamos el repollo, las patatas, el chorizo y una pizca de sal, y dejamos que hierva hasta que las patatas estén casi deshechas. En ese momento, ya podremos decir que tenemos hecho nuestro caldo gallego listo.
En función del grado de espesor que deseemos en el caldo gallego, podemos echar más o menos agua para la cocción. Y ya está. Queda muy sabroso y cuando se toma calentito, es idóneo para combatir el frío.
Foto orientativa: juantiagues
No hay nada más delicioso y reconfortante en los días de frío que un buen plato de caldo gallego de repollo. ¡Y la receta es realmente fácil de preparar!
Un caldo de pollo casero para hacer sopas, a base de verduras y distintas piezas de pollo.
Una sopa de marisco en toda regla, con sus verduras, sus especias, el toque justo del picante y todo el sabor de los mejores camarones.
Con carne de ave, cebolla, zanahoria, apio, laurel, tomillo, perejil y pimienta, hacemos un caldo ideal para base de otros platos, o como consomés o sopas.
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