La compota de arándanos resultará ideal para usar en tartas o ensaladas, aunque no necesariamente debe ir acompañada, ya que por sí sola es deliciosa.
Hacer una compota de arándanos es algo muy sencillo. Comenzamos por lavar bien los frutos, y por poner una cazuela al fuego con el vino. En el momento en que rompa a hervir, incluimos los arándanos, el agua y el azúcar. Dejamos cocer hasta que los frutos se ablanden y suelten los jugos (unos 20 minutos aproximadamente a fuego lento).
Llegados a ese punto, lo siguiente que haremos en la preparación de la compota de arándanos, será sacar los arándanos con la ayuda de una espumadera y colocarlos en una fuente. Continuamos con la cocción de lo que tenemos en la cazuela, unos 10 minutos más y, después, verteremos este líquido sobre los arándanos. Removemos bien.
Dejamos enfriar e introducimos la compota de arándanos en un tarro esterilizado, tapamos y lo conservamos en el frigorífico hasta que lo vayamos a utilizar. Listo.
Foto orientativa: Krista
Fácil compota hecha con manzanas reineta. Una crema de frutas que se puede usar para hacer pasteles, como mermelada, de base de salsas para carne, etc.
Haz tus compotas caseras, sin colorantes ni conservantes y usa las frutas que quieras para hacerlas únicas. En este caso la haremos con membrillo y manzana.
Da igual si son bebés o adultos, esta compota o puré de ciruelas con plátanos y manzanas, gustará a todos. Además, no lleva azúcar añadido.
Sencilla y rápida compota de plátano para tomar tal cual o como acompañamiento de un yogur natural o de relleno de tus crepes. ¡Las posibilidades son infinitas!
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