Un típico potaje cubano de frijoles negros, muy popular para desgustarlo en las mesas de las celebraciones familiares. Plato tradicional, hecho con mimo.
Antes de empezar, tendremos los frijoles negros en remojo desde la noche anterior. Los lavamos, los escurrimos y los ponemos en una olla con el agua, el pimiento verde y un poco de sal. Los dejamos cocer durante una hora.
Mientras, hacemos un sofrito con los ajos machados, la cebolla picada, el pimiento rojo cortado en cuadraditos muy pequeños, una hoja de laurel y un toque de orégano, pimienta y comino. Dejamos que todo poche a fuego suave, para que ningún ingrediente se queme.
Removemos los frijoles negros, incluso aplastamos alguno de vez en cuando para que el caldo espese. Cuando espesen, añadimos el sofrito a la olla y rectificamos de sal. Permitimos que cocine todo junto, a fuego muy lento, durante media hora.
En un bol, mezclamos los vinos con el vinagre y el azúcar. Echamos la mezcla a la olla y subimos un pelín el fuego, hasta que espese de nuevo. En ese momento los frijoles negros estarán listos para ir a la mesa.
Foto orientativa: SaucyGlo
Los frijoles negros se pueden comer sin acompañamiento, como un típico potaje, o bien servirlos sobre un lecho de arroz blanco.
Los frijoles charros o norteños son 100% comida mexicana, una deliciosa manera de preparar legumbres para tomarlas solas, o acompañar platos de carne.
Una riquísima base de frijoles puercos para acompañar cualquier tipo de platillo mexicano. Solo tendremos que dar el punto picante que más nos guste.
Ya sea como plato principal o como guarnición, seguro que estos sencillos y sabrosos frijoles serán los protagonistas de tu mesa en más de una ocasión.
Disfruta de estos frijoles al estilo Tepatitlán acompañados con chorizo y sardinas. Un plato con un alto contenido nutricional muy completo y sabroso.
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