Receta de Leche evaporada

En contra de lo que creen muchos, la leche evaporada no tiene nada que ver con la leche condensada, ni es tan espesa, ni lleva azúcar. En realidad sólo es leche entera a la que se le retira un elevado porcentaje de agua, más del 50%.

Para hacerla, en una olla amplia, ponemos la leche y llevamos a fuego fuerte.

Mantenemos hasta que la leche arranque a hervir y en ese momento, bajamos a fuego medio y dejamos que se vaya evaporando el agua poco a poco durante unos 90 minutos aproximadamente.

Durante este tiempo, para evitar que se formen muchos grumitos, es recomendable que remuevas el líquido con unas varillas de mano o una cuchara de madera.

Trascurrido el tiempo de cocción, veremos que nuestra leche a reducido su volumen a la mitad o un poquito más y que su color es más concentrado. Bien, es el momento de retirar la olla del fuego, colar la leche evaporada para eliminar los posibles grumitos y ¡lista!

Foto orientativa: Joel Kramer

Durante el proceso de evaporado, es bueno que el calor sea uniforme por toda la base de la olla, por eso, si no usar un fuego de inducción o una vitroceramica, sino que lo haces en un fuego de gas, recuerda, una pasado el primer hervor, colocar sobre el fuego un difusor de calor para solucionar este "problemilla".

Si tu olla no es muy amplia, tampoco pasa nada, lo único es que deberás tener en cuenta aumentar el tiempo de cocción, pues la evaporación del agua de la leche, al estar en un espacio más reducido, será más lenta.

Si haces más de la cuenta o no la vas a utilizar en ese momento, una vez el líquido esté atemperado, lo puedes guardar en un frasco esterilizado y de cierre hermético.