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Riquísimas tejas crujientes y dulces con lluvia de pistachos. Doradito y aromático bocado de repostería tradicional.
Antes de que se nos vaya el santo al cielo, dejaremos que el horno se vaya precalentando a 210ºC, para que esté listo en el momento de hornear las tejas.
Ahora sí, colocamos las claras de huevo en un bol, con el azúcar impalpable y mezclamos hasta diluir, pero sin batirlo.
Acto seguido hemos de tamizar la harina y, después, vamos incorporándola al bol poco a poco, con movimientos envolventes, hasta que quede completamente integrada.
En una bandeja de horno, con el fondo cubierto con papel sulfurizado, vamos disponiendo porciones de masa para las tejas, dejando espacio entre ellas para que no se peguen.
Espolvoreamos con los pistachos triturados previamente y metemos en el horno hasta que las tejas luzcan doraditas. Sacamos y dejamos enfriar sobre una superficie curvada, para que las tejas adquieran su forma característica.
Foto orientativa: tristanf
Para esas veces que nos apetece un plato ligero, pero sin tener que renunciar a un gran sabor, no hay nada mejor que un irresistible carpaccio de remolacha.
El pan de calatrava es, básicamente, un flan al que se le añade bizcocho o pan, una especie de pudin que está realmente bueno.
Para hacer una cerveza casera de tu propia cosecha, sólo tienes que tener agua, maíz, cebada, levadura de cerveza, azúcar y un poco de lúpulo.
Postres fáciles de Navidad hay muchos, pero tan típicos como la mousse de turrón... Sin palabras: rico, suave, cremoso y sencillo.