Esta sencilla y deliciosa receta de truchas al vino blanco sabrá conquistar, tanto a los que gustan de comer pescado habitualmente, como a los más reacios.
A la hora de preparar la receta de truchas al vino blanco, es importante que seamos cuidadosos al limpiar el pescado, ya que la piel y la carne de la trucha son bastante delicadas. Quitamos las escamas, y retiramos las entrañas haciendo una pequeña incisión en el lateral.
Lavamos el pescado y lo secamos. Frotamos con rajas de limón, para que, durante la cocción, no se resquebraje la piel de nuestras truchas al vino blanco. Enharinamos.
Derretimos la mantequilla en una sartén grande, hasta que haga espuma. Bajamos un poco el fuego, y rehogamos las truchas por los 2 lados. Les echamos sal y pimienta, y aromatizamos con las hojas de salvia.
Echamos el vaso de vino blanco, e introducimos la sartén en el horno caliente. Cuando veamos que les sobresalen los ojos, sabremos que nuestras truchas al vino blanco estarán listas. Podremos servirlas con patatas o con una ensalada.
Foto orientativa: zhaffsky
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