Para un flan, para dejarla solidificar y adornar un plato, o para dulces de todo tipo, el azúcar quemada de caramelo es una preparación básica para dulces.
Decir azúcar quemada es lo mismo que decir salsa de caramelo, o caramelo líquido. Hacerlo es muy fácil. Fijaos.
Cogéis un cazo y calentáis el agua para que empiece a hervir. En otro cazo, ponéis a calentar el azúcar a fuego medio junto con unas gotas de limón, y cuando toda ella esté deshecha convertida en caramelo (con el típico color a miel, pero con mucho cuidado de que no se queme), bajaremos el fuego y empezaremos a añadir cucharadas soperas de agua. En total, añadiremos 16 cucharadas de agua mientras removemos, hasta que el azúcar quemada esté perfectamente integrada con el agua, y tenga el color y la densidad apropiada.
En este momento, podrás usar el azúcar quemada para tus dulces, o incluso para hacer hilos de caramelo y dejarlo enfriar.
Foto orientativa: Rainer Zenz
Se recomienda no probar nunca el azúcar quemada, hasta que no esté bien fría, ya que guarda mucho el calor, y puede abrasarte la piel.
Preparar azúcar invertido de forma fácil y sin necesidad de tener termómetro ¡es posible! Sólo necesitas azúcar, agua, zumo de limón y bicarbonato.
La crema quema es muy similar a la crema catalana, si bien se elabora a partir de nata en lugar de leche. El resultado es exquisito y muy cremoso.
Dale un toque diferente a la clásica crema quemada añadiendo fruta en su interior. Obtendrás un postre buenísimo, sano y sobre todo original. ¡Delicioso!
Deliciosa crema quemada de miel y azafrán. Un dulce plato, ideal como postre, muy parecido a la crema catalana que será la perdición de los más golosos.
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