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- Receta de caracoles a la llauna
Acompañados de salsa alioli, los caracoles a la llauna son una de las raciones más típicas de la gastronomía catalana, y hay que ver qué ricos quedan.
Una vez tengamos los caracoles limpios, para hacer los cargols o caracoles a la llauna vamos a engrasar la fuente metálica del horno con aceite de oliva, y vamos a poner todos los caracoles, de forma que no queden superpuestos, y que tengan todos la apertura hacia arriba.
Hecho esto, añadimos sal, pimienta negra molida, y volvemos a rociar los caracoles con un majado de mortero de aceite de oliva con 5 dientes de ajo y perejil. Mientras, vamos precalentando el horno a 200ºC.
Cuando el horno haya cogido temperatura, metemos los caracoles a la llauna durante 10 minutos, o hasta que veamos que están doraditos, pero no quemados.
Mientras los caracoles a la llauna se hacen, con el diente de ajo restante, el aceite y leche, hacemos una salsa alioli con lactonesa. Para ello, ponéis la misma cantidad de leche y de aceite en el vaso de la batidora junto con un poco de sal, el diente de ajo y unas gotas de limón, y trituráis hasta obtener el alioli.
Servimos los caracoles a la llauna bien calientes en la misma fuente o en un recipiente de barro, y el alioli aparte, para que cada uno se sirva a placer.
Foto orientativa: Domenec Leal
Para la lavar los caracoles, se recomienda sumergirlos en una mezcla de agua y vinagre y frotarlos, si es necesario, después de haberlos enjuagado bien bajo un buen chorro potente de agua.
Por llauna es como se conoce en Cataluña a la típica fuente metálica para horno.
Con un poco de mantequilla, ajo y unas hojitas de perifollo, podemos elaborar una deliciosa crema con la que preparar estos sabrosos caracoles a la plancha.
Deliciosos caracoles rellenos o caracoles a la borgoña, un exquisito bocado con orígenes franceses que podrás tener listos en pocos minutos.
Deja los prejuicios de un lado, y prepara una buena ración de caracoles con especias para tapear o acompañar la comida. ¡Tienes que darles una oportunidad!
Una forma curiosa de servir los caracoles, acompañados de salchichas frescas y guisados con vino blanco. Muy fácil de hacer.