Esta deliciosa cebolla gratinada, resultará una guarnición ideal para acompañar a un gran número de platos. Una original opción, que no puedes perderte.
Cocinaremos la cebolla gratinada en un momento y sin complicarnos demasiado. Empezaremos por cortar la cebolla en juliana (podríamos cortarla también en rodajitas, o de la forma que más nos guste).
Cuando tengamos listo el primer paso de la receta de cebolla gratinada, lo que haremos es poner una sartén al fuego con abundante aceite. Cuando esté caliente, echamos la cebolla y la freiremos, a fuego lento, hasta que coja un poquito de color. Después, la sacaremos y la pondremos sobre papel absorbente.
Hecho esto, trasladaremos la cebolla a una fuente y, por encima, echaremos una buena cantidad de queso rallado, de forma que todo quede bien cubierto. A continuación, introducimos la fuente en el horno precalentado a 250ºC, y hornearemos hasta que el queso se haya fundido y esté doradito.
Después, la cebolla gratinada estará lista para utilizarla a conveniencia.
Foto orientativa: Krista
La sopa de cebolla gratinada es una de las versiones más extendidas de un plato muy apegado a la tradición culinaria europea. Pura cocina de invierno.
Espectacular contraste de temperatura, sabor y textura de la ligera sopa fría o gazpacho de fresas con el cremoso y tibio gratinado de patatas.
Combinando patatas, manzanas y queso azul podemos elaborar un delicioso pastel de verduras gratinado al horno. Tan bueno que no te podrás resistir.
Sobre una base de salsa de tomate, estos puerros, salpimentamos, cubiertos de nata y una dorada capa de queso gratinado son sencillos y sabrosos.
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