Receta de Panna cotta de café

Ponemos a hervir el agua en un cazo. Cuando esté hirviendo la retiramos del cazo, la echamos en un bol y agregamos al mismo la gelatina, el azúcar y el café.

Mezclamos bien hasta que el azúcar y la gelatina está bien disuelta, y dejamos que se atempere para poder continuar con la receta.

Una vez templada la mezcla, añadimos al bol la nata y, nuevamente, volvemos a mezclar todo hasta tener un crema homogénea.

Cuando lo tengamos bien mezclado, lo repartimos en moldes individuales, pueden ser vasos, copas, o puedes sorprender llevando a la mesa unas tazas de café, con su plato y todo, en el momento del postre, cuando todos lo prueben, la sorpresa estará asegurada.

Ya sólo queda esperar que la panna cotta se enfríe en el frigorífico, y cuaje la gelatina, para disfrutar de esta delicia de café.

A mi me gusta, en el momento de llevarlo a la mesa, decorarlo con un buen poco de nata montada y espolvorear con cacao en polvo. De esta forma la sorpresa en la mesa es aún mayor, pues parece un café capuchino.

Foto orientativa: Lukas Kramer

Esta panna cotta puede cambiar mucho de sabor, añadiendo más o menos cantidad de café, juega con ella para conseguir el sabor que más te guste.

Además, si la van a tomar niños, es perfecto usar café descafeinado, el sabor será el mismo, pero será apto para toda la familia.

También puedes hacerte un café de grano, del café que más te guste, y tener en cuenta la cantidad de café que sale y reducirla de la cantidad de agua final. O sea, si preparas 200 ml. de café, sólo necesitarás añadir 550 ml. de agua posteriormente para disolver el resto de ingredientes.

Otro punto a favor de la este postre, es que se puede preparar el día anterior, y así cuando se termine la comida, no hay que andar perdiendo el tiempo en la cocina preparando el postre.

El azúcar se puede añadir blanca o morena, pero hay que tener en cuenta que el sabor del azúcar morena tiene un sabor algo diferente que cambia por completo el sabor final del postre.

Si quieres hacer la receta un poco más rápida, en lugar de calentar todo el agua al principio de la receta, puedes calentar solo un vaso y, en él, disolver la gelatina, el azúcar y el café. Luego, una vez que esté bien disuelto, echamos la mezcla en un bol con el resto del agua, mezclamos bien, y ya lo tenemos listo para continuar en el momento con el resto de la receta.