Receta de Pasta con calabacín

Primero nos ponemos manos a la obra con la verdura y para eso, lavamos, secamos y, a continuación, los laminamos en fetas muy muy finas los calabacines.

Ponemos una sartén amplia al fuego y le añadimos un chorrito de aceite de oliva, poquito. Cuando esté caliente, añadimos los calabacines, salpimentamos y los rehogamos dejando que se cocinen durante largo tiempo, removiendo de vez en cuando, con cuidado de que no se quemen, pero sí que les vamos a permitir un punto doradito. Cuando estén listos, retiramos del fuego y reservamos caliente.

Mientras, ponemos a cocer la pasta siguiendo las indicaciones del fabricante de la pasta que hayáis elegido (preferiblemente corta, pero podéis poner la que más os guste).

Cuando la pasta esté cocida, la escurrimos y la ponemos directamente (sin refrescar ni nada) en una fuente. Rociamos con los calabacines y espolvoreamos con abundante queso rallado.

En seguida, en una sartencita, echamos un chorreón de aceite de oliva y freímos un puñado de hojas de albahaca frescas, con un poco de sal y pimienta. Echamos la albahaca y el aceite por encima de la pasta con calabacín y servimos rápidamente.

Si quieres darle un punto más crujiente, mientras fríes las hojitas de albahaca, puedes meter la fuente en el horno y gratinar un poquito hasta que el queso esté dorado.

Foto orientativa: jules