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- Receta de salsa de pimientos
Una rica salsa hecha con pimientos del piquillo, cebolla, nata líquida, aceite de oliva, pimienta y sal. Imprescindible fondo de armario para tus recetas.
Como pasos previos, vamos a pelar y picar la cebolla bien fina. Mientras, iremos calentando un chorrito de aceite de oliva en una cazuelita o sartén.
Cuando el aceite esté caliente, añadiremos la cebolla para sofreírla sin dejar de remover hasta verla transparente. Mientras iremos troceando los pimientos con una tijera en un bol (una alternativa es comprar los pimientos de piquillo en tiras).
A continuación, añadimos el pimiento a la cazuela de la cebolla, mezclamos, y seguimos sofriendo durante un par de minutos más. Después, rectificamos de pimienta y de sal.
Agregamos la nata, lo revolvemos todo bien y lo dejamos reposar unos 5 minutos a fuego lento.
Por último, en la misma cazuela, metemos el brazo de la batidora y licuamos hasta tener una salsa homogénea. También se puede hacer volcando el contenido en el vaso de la licuadora, pero de la otra forma se ensucia menos. No es necesario, pero si queréis, podéis colar la salsa para conseguir una textura aún más fina.
Una vez obtenida la salsa de pimientos con nata, la reducimos a fuego lento en el fuego hasta conseguir que la nata tome cuerpo y el conjunto tenga el espesor deseado.
Si vas a hacer, por ejemplo, unos pimientos rellenos con la salsa, ya podrías echarlos directamente y dejarlos sumergidos para que se tomen.
Foto orientativa: John Herschell
Esta salsa de pimientos es ideal para congelar. Se puede usar para acompañar pescados de todo tipo (sobre todo: merluza y bacalao) rebozados, calamares e incluso pastas.
Una suave salsa echa con pimientos rojos o morrones, ideal para acompañar cualquier plato de carne.
En mi congelador siempre tengo un tupper de salsa de pimientos con nata casera; es muy fácil de hacer, y la uso para acompañar pimientos rellenos de bacalao.
Un plato de pasta con pollo y salsa de nata y pimientos, bastante económico, sencillo y sabroso. Seguro que repites.
Para tomar frío o caliente, sólo o salseado, los pasteles de carne suelen ser un acierto que les encanta a los más pequeños de la casa.