Receta de Serradura

Comenzamos triturando las galletas y reservando en un bol. Para triturarlas, bien podemos hacerlo con la ayuda de un procesador de alimentos, con las manos o metiendo (por tandas) las galletas troceadas en una bolsa de plástico resistente, cerrando, y pasando el rodillo por encima para que se vaya desmigando. Como más cómodo te resulte, el fin es tenerlas lo más trituradas posible.

Por otro lado, en un bol amplio, ponemos la nata para montar y con la ayuda de una batidora, la montamos. Para facilitar el montado, te recomiendo que unos 30 minutos antes, metas tanto el bol como la nata en el congelador para que en el momento de usarlo, esté todo bien frío.

Una vez montada, añadimos la leche condensada al bol y mezclamos todo con movimientos envolventes para que la nata no se baje.

Ya tenemos todo listo, ahora sólo nos queda montar las serraduras. Comenzamos poniendo en un vaso una capa de galleta triturada, encima una de la crema de nata, otra de galleta y así hasta completar el tamaño del vaso.

Ahora, nos armamos de paciencia y guardamos las serraduras en la nevera (tapadas con papel transparente) durante al menos 12 horas. Esperar ese tiempo antes de comerlas merece la pena, ¡os lo aseguro! Y si conseguís mantenerla todo un día en la nevera, mejor textura conseguirá tener.

En lugar de hacer raciones individuales, puedes preparar una gran serradura siguiendo el mismo proceso pero en un molde más grande, rectangular y con altura suficiente para poner al menos dos capas de cada (galleta y nata).

Si tienes prisa y no puedes esperar las 12 horas, puedes comerlo igual, pero si realmente quieres degustarlo en todo su esplendor, te recomiendo que lo hagas con el indicado, o incluso un día antes. ¡El resultado merece la pena!