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- Receta de tarta de nata y leche condensada
Rica tarta fría sin horno, muy fácil de hacer, rápida y rica. Necesitamos nata, leche condensada, gelatina y galletas. Ideal para comidas improvisadas.
Para hacer la tarta de nata y leche condensada casera, primeramente picamos todas las galletas hasta obtener un polvo fino. Mejor si lo hacemos con una picadora eléctrica. Luego, mezclamos la galleta (reservamos un poco) con la mantequilla deshecha y lo echamos todo en el fondo de un molde o de un aro desmontable. Aplastamos con los dedos para hacer la base.
En un vaso con agua templada y metemos la gelatina con el fin de hidratarla (no disolverla). Mientras, en un cazo vertemos toda la nata líquida y la calentamos.
Cuando la nata empiece a estar caliente, añadimos la leche condensada y empezamos a remover. Luego, echamos la gelatina ya hidratada, apartamos el cazo del fuego, y removemos hasta que la gelatina esté completamente disuelta.
Dejaremos templar el relleno de la tarta de nata antes de volcarlo sobre la base de galletas y meterlo en la parte inferior del frigorífico para que solidifique.
Pasará al menos una hora hasta que la tarta de nata y leche condensada esté lista para comer.
Al final, espolvoreamos por encima de la tarta de nata la galleta picada que tenemos reservada, y listo.
Foto orientativa: Juantiagues
Sólo con ver la pequeña lista de ingredientes indicados para la tarta de nata, nos podemos dar cuenta de lo fácil que resultará hacerla.
Si queréis, también podéis usar otros ingredientes para la decoración: fideos de chocolate, frutos rojos (frambuesas, fresas, moras...), etc.
El sabor y la presentación de esta tarta fría sin horno recuerda mucho a los de la famosa serradura portuguesa.
Tarta de queso con leche condensada, un postre dulce para los golosos de la familia. Leche, galletas, queso y chocolate, una combinación deliciosa.
Para terminar una comida con un dulce rico y diferente, una tarta de limón al horno con leche condensada... Increíblemente rica.
Aquí os dejamos una buenísima y económica receta de esas que pasan de padres a hijos.
La tarta de queso siempre es una delicia, si encima la acompañamos de una deliciosa gelatina de limón y un poco de leche condensada, el resultado es inmejorable.