Acompaña unos callos de ternera de morro, morcilla, chorizo, pimentón, ajo, y un toque de guindilla, y podrás hablar de verdaderos callos a la madrileña.
Para hacer los callos de ternera a la madrileña, aunque contemos con una carne muy limpia, lo primero que vamos a hacer es blanquear los callos; o sea, los vamos a trocear y los vamos a meter en una olla con agua, y cuando se produzca el primer hervor, los vamos a escurrir.
Hecho esto, troceamos también el morro de ternera (también se puede blanquear previamente) y lo vamos a poner en una olla junto con la pata de ternera, la cabeza de ajos cortada por la mitad, la cebolla entera, el laurel, una cucharadita de sal, y agua hasta cubrir. Hay que dejar cocer los callos de ternera durante unas tres horas, y la mitad en olla rápida.
Para poder hablar de verdaderos callos a la madrileña, pasado este tiempo, vamos a retirar la pata de ternera y vamos a echar a la olla la morcilla y el chorizo, además de un sofrito de 4 dientes de ajo picados junto con una guindilla también picada y dos cucharadas de pimentón, en aceite de oliva.
Unos 40 minutos después, la salsa de los callos de ternera habrá reducido ligeramente; y ya sería hora de servir los callos con el chorizo y la morcilla troceados.
Foto y fuente: el Cocinero Fiel
Uno de los consejos fundamentales para que los callos de ternera queden perfectos, es contar con una tripa de ternera muy limpia, así como el resto de la carne. En algunas carnicerías, la tripa (los callos) la venden más limpia que en otros.
Antes de que llegue el calor, estos riquísimos callos gallegos un poco picantes para tomar con cerveza bien fría, son una excelente idea. ¡No os lo perdáis!
Juntando culturas podemos elaborar unos exquisitos callos de ternera acompañados de una suave y apetitosa salsa japonesa. Su resultado: espectacular.
Un plato contundente y sabroso como los callos a la andaluza, es capaz de levantar el ánimo hasta al más decaído. Un cocido con todo lo que se espera de él.
Procedente del País Vasco, llega esta riquísima receta de callos de ternera a la vizcaína, acompañados de una suave salsa de pimientos, cebolla y tomate.
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