Una receta distinta que puedes congelar si lo deseas. Cebada, cebolla, hierbas aromática, vino blanco, mantequilla y queso.
Lavar la cebolla en un bol y escurrirla. Lavar las hierbas aromáticas, secarlas con un paño y picarlas muy finas. Dejar que se ablande la cebolla, a fuego lento, en la cazuela de barro con la mitad de la mantequilla.
Añadir la mitad de las hierbas y saltearlas brevemente. Añadir la cebada y dejarlo tostar algunos minutos, removiendo todo con una cuchara de madera. Regar con el vino y cocer a fuego lento.
Poco a poco añadir el caldo, removiendo de vez en cuando; debe cocer durante 40 ó 50 minutos. Tres minutos antes de retirar del fuego, añadir las hierbas sobrantes.
Retirar del fuego la cebada, que estará muy tierna, añadir la mantequilla que quedaba en trocitos y el parmesano, mezclando todo y servir muy caliente.
La cebada preparada de esta manera, pero sin el parmesano, puede usarse también como guarnición para platos únicos de pescado o de mariscos.
Un delicioso y suave lenguado a las hierbas aromáticas, con una salsa de nata exquisita. Un pescado de lo más sabroso y delicado.
Riquísimos huevos revueltos para el desayuno que, en esta ocasión, vamos a complementar con un toque de hierbas aromáticas.
La trucha es un pescado que realza mucho su sabor con el toque de unas sencillas hierbas aromáticas, ya veréis qué sorpresa.
Un riquísimo requesón con hierbas aromáticas que podremos acompañar con tomatitos cherry o con bastoncitos de verduras para tomarlo como dips.
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