Sin duda, el cochinillo relleno es el plato por excelencia de las reuniones solemnes para familiares y amigos. Cochinillo relleno con carne y especias.
Un vez limpio el cochinillo, abierto y con la casquería aparte, comenzamos la preparación del cochinillo relleno escaldando los pulmones durante un cuarto de hora en agua hirviendo salada. Terminado este proceso, picamos la víscera junto a los riñones, la lengua, el corazón el hígado y la carne de ternera. Reservamos.
Ponemos a pochar las dos cebollitas picadas, en un poquito de aceite y cuando esté hecho, lo mezclamos con el picadillo de casquería y ternera.
Las rebanadas de pan duro las remojaremos en la leche tibia y cuando esté bien orondo, lo escurrimos y también lo incorporamos a la carne. Añadimos también el cerdo triturado, el huevo previamente meneado, un puñado de perejil fresco picado, el brandy y la harina.
Añadimos también al adobo del cochinillo relleno, el toque de las especias al gusto que nos seduzca y un poquito de sal. Mezclamos todos estos ingredientes, para que quede completamente integrado y con ello rellenamos el cochino que, una vez bien relleno, deberá ser cosido para que no se salga el relleno.
Con las patas mirando al techo, ponemos el cochinillo relleno sobre una rejilla, en una placa de horno que tenga un fondito de agua, para que no se nos quede seco, y engrasamos el animal por fuera con un buen trozo de manteca de cerdo.
Lo llevamos al horno, precalentado a 180ºC, donde lo tendremos cocinando durante un par de horitas. Durante el proceso lo iremos pinchando de vez en vez y rociándolo con sus propios jugos o incluso un pelín de aceite de oliva, para que siempre esté bien bañadito.
El cochinillo relleno estará listo en el momento en que cuando lo pinchemos, los juguitos salgan limpios, sin restos de sangre.
Por cierto, la sal se le pone una vez que el cochinillo relleno esté ya dorado y crujientito.
Foto orientativa: puroticorico
Este cochinillo relleno nos será más fácil de preparar si parte del trabajo se la encargamos al carnicero. Lo ideal es que nos de la pieza abierta y vacía, con la casquería por separado.
Macerada y hecha al horno, la carne de cochinillo queda crujiente por fuera, y jugosa y tierna por dentro con esta receta.
Un cochinillo crujiente por fuera y jugoso por dentro, hecho a las brasas de un buena hoguera, en un asador fijo. ¡Lo tienes que probar!
Carne de cerdo joven macerada con una mezcla muy sabrosa y aromática, horneado y bañado con miel. Una mezcla exquisita de dulce y salado.
Extraordinario cochinillo lechal, crujiente por fuera y excepcionalmente tierno por dentro. Sabroso y merecedor de la mejor de las mesas.
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