Receta de Crema de calabaza

Para poder llevar la crema de calabaza a la mesa en su propia cáscara (ver nota 1), cortaremos la parte de arriba de la calabaza (la de abajo si es un trozo de calabaza lo que se tiene) de modo que cuando lo llevemos a la mesa podamos ponerlo en forma de tapa.

Con ayuda de un sacabocados o un cuchillo, retiramos la carne de la calabaza, dejando unos 2-3 centímetros de carne tanto pegada a las paredes como al fondo de nuestra sopera improvisada (mucho cuidado sobre todo cuando se vaya llegando a la base de nuestra “sopera” para no romperlo).

Una vez que tenemos toda carne, ponemos una cazuela al fuego con un poco de aceite de oliva, echamos la cebolla picadita y la calabaza. Lo rehogamos durante 15-20 minutos hasta que la calabaza esté blandita.

Una vez que la calabaza está blanda, trituramos la crema de calabaza bien finita.

Lo llevamos de nuevo al fuego y añadimos la nata. Rectificamos de sal si fuera necesario y lo dejamos al fuego a fuego medio-bajo, unos 4-5 minutos desde que rompa a hervir de nuevo.

Colocamos un poco de papel de plata dentro de la sopera de calabaza (para evitar que se salga por si tuviera algún poro) y la rellenamos intentando llegar justo al borde del papel de aluminio.

Cortamos unos cubos de queso y los repartimos por encima de la crema. Lo metemos al horno caliente, con el gratinador al máximo, unos 10 minutos para que el queso se funda… Ya solo queda llevar nuestra crema de calabaza a la mesa, en la sopera que hemos hecho, tapada con su tapadera, y a disfrutar.

Foto orientativa: mirwav

1.- Evidentemente esta crema de calabaza se prepara en un momentín si no preparas la sopera con la calabaza, este es un toque simpático pero que lleva mucho tiempo de elaboración.