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Delicioso croissant o cruasán caseros. Una forma más sana de que los pequeños de la casa disfruten de bollería en sus desayunos y meriendas.
Empezamos a preparar nuestros croissant caseros haciendo la masa madre. Para ellos, ponemos en un cuenco la leche templada, derretimos en ella la levadura, unimos la harina y mezclamos bien. Tapamos con un paño y dejamos que repose al menos una hora.
En un bol amplio, ponemos el resto de la harina con la que haremos los croissant caseros, la leche, el azúcar y la sal y mezclamos. Incorporamos la masa madre anterior (que ya habrá doblado su volumen) y amasamos hasta conseguir una mezcla esponjosa y blanda. Cubrimos con papel film y lo metemos, hasta el día siguiente a la nevera.
Pasado el día, continuamos con la elaboración de los croissant caseros colocando la mantequilla (a temperatura ambiente) entre dos láminas de film transparente enharinadas y estirando con un rodillo hasta que tenga 1 cm. de grosor. Reservamos en la nevera y sacamos de ella la masa de los croissant caseros.
Ponemos la masa sobre una superficie enharinada y extendemos hasta formar un rectángulo de 1 cm. de grosor. En el centro, colocamos la placa de mantequilla y doblamos la masa de los croissant caseros hasta cubrirla por completo y estiramos de nuevo con el rodillo (espolvoreando un poco de harina si fuese necesario).
Ahora, realizaremos un proceso de pliegues a la masa que repetiremos en tres ocasiones de la siguiente manera: dividiremos mentalmente la masa en tres partes iguales y plegaremos la parte izquierda hacia el centro y luego la derecha para a continuación, "cerrarla" a la mitad a modo de libro. Envolvemos en film transparente y metemos en la nevera de nuevo 30 minutos.
Sacamos lo que serán nuestros croissant caseros de nevera y volvemos a realizar los pliegues sobre la masa de la misma forma anteriormente descrita, pero teniendo en cuenta que antes de estirar la masa para volver a formar el rectángulo, debemos hacer medio giro con la masa, es decir, al hacer el "cierre" a modo de libro, los pliegues nos quedaban a un lado, pues bien, ahora, hacemos el giro y los pliegues deben quedar mirando hacia nosotros.
Hacemos los pliegues, dejamos 30 minutos en la nevera, volvemos a sacar, girar, estirar y doblar y ahora, dejaremos al menos una de reposo en el frigorífico.
Con la masa lista, procedemos a realizar la forma de los croissant caseros. Estiramos bien la masa, cortamos en forma de triángulos y los enrollamos sobre sí mismos desde la base hacia arriba.
Colocamos los cruasanes caseros sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal, los pintamos con el almíbar y dejamos dos horas más para que doblen su volumen.
Volvemos a pintar los croissant caseros con almíbar, metemos en el horno previamente calentado a 200ºC, bajamos su temperatura a 170ºC y mantenemos unos 14 minutos o hasta que estén dorados.
Foto orientativa: fugzu
El almíbar es una sencilla mezcla de agua, azúcar y limón que podrás hacer en pocos minutos siguiendo esta receta.
Como con estas cantidades te saldrán unos 20 croissant caseros, puedes rellenar algunos de dulce o salado y disfrutar por ejemplo, de ricos croissant de jamón y queso y los más golosos, de deliciosos croissant de chocolate.
Siguiendo los pasos de esta receta, no necesitarás que la pastelería esté abierta para deleitarte con unos riquísimos croissant con chocolate.
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