Receta de Galletas caseras

Nuestro primer cometido será atemperar ligeramente la mantequilla y para eso, la ponemos en un cazo, llevamos al fuego y cuando esté prácticamente derretida, la echamos en un bol.

Batimos con unas varillas de mano para que se termine de deshacer e inmediatamente después, añadimos el azúcar y continuamos mezclando hasta conseguir que el azúcar queda prácticamente deshecha en la mantequilla.

El siguiente paso es echar el huevo al bol e integrarlo bien. Añadimos media cucharadita de canela molida, la harina tamizada y mezclamos bien todo (con una lengua de cocina o incluso, con las manos) hasta conseguir una masa uniforme y homogénea.

Una vez tengamos una masa lisa y suave, damos forma de bola, la tapamos con papel de film y la dejaremos reposar en el frigorífico una media hora.

Pasado este tiempo, sacaremos la masa de la nevera y la estiraremos (con la ayuda de un rodillo) sobre una superficie limpia y espolvoreada con un poquito de harina. Crearemos una fina capa de masa de unos 5 milímetros de grosor aproximadamente y ahora, con la ayuda de los moldes elegidos para cortar las galletas (o con un cuchillo) daremos la forma deseada.

Como truco para que las galletas caseras no se queden pegadas al molde, te recomiendo que antes de marcar la masa, pases el filo del molde por harina, así la galleta se desprenderá fácilmente de éste y no se deformará en exceso.

Colocamos las galletas cortadas sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear y las meteremos en el horno (ya precalentado a 180ºC) durante unos 15 minutos o hasta que veamos que sus bordes comienzan a dorarse.

Una vez listas, colocamos nuestras galletas caseras sobre una rejilla y dejamos que se enfríen por completo antes de comerlas.

Si las quieres guardar, las puedes meter en un recipiente hermético y te aguantarán perfectamente, al menos un par de semanas.

Foto orientativa: Xumet

Antes de hacer las galletas, y más concretamente, antes de hornearlas, conviene que ya tengas decidido y a mano los moldes con los que les darás forma (de corazones, estrellas, letras, árboles y muñecos para Navidad... ¡hay una gran variedad!), pues al llevar mantequilla la masa, conviene que el proceso de corte de las galletas sea lo más rápido posible a fin de que la masa no se caliente demasiado, se ablande la mantequilla y haga el manejo de las galletas mucho más delicado.

Por ese mismo motivo, si hace calor en el lugar en el que estás preparando la receta, un truco para que las galletas no se deformen mucho a la hora de hornearlas, es meter la bandeja (con las galletas ya cortadas y colocadas) en la nevera unos 10 minutos antes de introducirlas directamente en el horno.