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- Receta de helado de nata
Nata, leche, miel, azúcar y un toque de vainilla es lo único que necesitas para hacer, con o sin heladera, este cremoso y suave helado de nata. ¿Empezamos?
Un par de horas antes de empezar a preparar el helado de nata, meteremos la nata líquida en la nevera y en el congelador, el recipiente en el que la montaremos y las varillas que usaremos para ello.
A continuación, con un cuchillo bien afilado, abrimos la vaina de vainilla y con la punta, extraemos las semillas de su interior. Las ponemos en un cacito, añadimos la leche entera y la miel y llevamos al fuego.
Calentamos lentamente (¡no queremos que llegue a hervir!) mientras removemos con una espátula para que la miel se derrita. En ese momento, agregamos la leche en polvo y la integramos. Retiramos del fuego y dejamos enfriar por completo antes de meter la mezcla en la nevera.
Ahora, sacamos el recipiente del congelador y montamos la nata líquida junto con el azúcar.
Cuando esté bien firme empezamos a incorporar poco a poco, la mezcla de leche, miel, vainilla y leche en polvo que tenemos en la nevera. Mezclamos con movimientos envolventes hasta conseguir una mezcla homogénea.
Llegados a este punto, ya podemos decir que prácticamente tenemos listo nuestro helado de nata, pues sólo nos quedará mantecarlo. Para hacerlo, bien podemos usar una heladera, en cuyo caso, debemos ponerla en marcha, añadir el helado y dejar unos 40 minutos (o el tiempo indicado por el fabricante) antes de pasarla a un recipiente hermético, o bien, podemos pasar la mezcla directamente al recipiente con cierre hermético y congelarla durante dos horas.
Pasado este tiempo, sacamos el helado del congelador, lo batimos todo de nuevo para evitar que se formen cristales y volvemos a congelar otra hora más. Repetimos este proceso durante las 2 ó 3 horas siguientes o hasta que veamos que nuestro helado de nata ya está listo, es decir, tiene la clásica textura de helado cremoso.
Una vez tengamos el helado de nata mantecado (con o sin heladera), cubrimos toda su superficie con una capa de papel de vegetal, tapamos el recipiente de forma hermética y dejamos en el congelador al menos 3 horas más antes de servir. Listo.
Foto orientativa: Joy
Para disfrutar de todo el sabor y textura de este helado de nata, te recomiendo que lo saques del congelador al menos 5 minutos antes de servir.
Puedes tomarlo tal cual o acompañado de un rico sirope de caramelo, chocolate, fresa... e incluso puedes aportar un toque crujiente al helado esparciendo por encima de él unas nueces caramelizadas o unas cookies o galletas tipo oreo ligeramente trituradas. ¡Todo es probar!
Montar la nata, mezclar el resto de ingredientes, unir y congelar. Así de fácil es hacer este helado que podrás tomar con sirope de fresa, de chocolate...
No podréis encontrar un helado de limón y nata más cremoso y suave que este y, además, de lo más natural y delicioso. Una locura que me pirra.
Si te gusta el helado frito, esta es tú receta. Perfecta para hacer con cualquier sabor de helado y disfrutar del contraste de temperatura y de sabores.