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- Receta de magdalenas con nueces
Con un delicioso aroma a cítricos, la naranja, y el toque justo de las nueces, estas magdalenas serán el acompañamiento perfecto de cualquier desayuno.
Sacamos la mantequilla del frigorífico para que se vaya poniendo a temperatura ambiente y se quede blandita, o sea, a punto pomada.
Cogemos un bol grande, y con la ayuda de las varillas de la batidora, batimos unos 4-6 minutos los huevos y el azúcar, hasta obtener una crema espumosa llena de aire, para que la masa de las magdalenas quede esponjosa esponjosa.
Una vez que los huevos están perfectos, agregamos al vol la leche y volvemos a mezclar con las varillas. Una vez que todo está listo, apartamos la mezcla y la dejamos reposar unos minutos.
Mientras, vamos tamizando la harina junto con la levadura y, una vez tamizada, la echamos al bol con la leche y los huevos.
Lo mezclamos todo con ayuda de una espátula, con movimientos envolventes de abajo a arriba, para que no se nos baje la mezcla.
Añadimos la mantequilla blandita, el café, la pizca de sal y la ralladura finita de la parte naranja de la naranja (también se puede usar limón o mandarina, el gusto y el aroma será completamente distinto, pero igualmente delicioso).
Batimos de nuevo con las varillas, hasta que tengamos una crema homogénea y sin grumos, y la dejamos reposar mínimo 30 minutos.
Ponemos el horno a calentar a 200ºC, con calor arriba y abajo, y preparamos los moldes de las magdalenas.
Yo siempre hago las magdalenas con papel de magdalena, pero en lugar de 1 uso 2 para que este no se abra y la magdalena suba lo máximo posible. Con ayuda de un pincel de cocina, o con los dedos bien limpios, untamos el fondo de los moldes con aceite de girasol y los vamos colocando en la bandeja del horno uno al lado del otro.
Espolvoreamos las nueces peladas con harina, lo removemos para que todas las nueces estén bien cubiertas, retirando el exceso de harina y las reservamos.
Repartimos la masa en los moldes, llenándolas más o menos a la mitad o como mucho 3/4 (pues si las pones hasta arriba se desbordarán en el horno), y las vamos colocando en la bandeja del horno.
Repartimos las nueces enharinadas por encima de las magdalenas, pues sino lo hacemos no serían magdalenas de nueces, aunque también están deliciosas. (Si quieres ver otras opciones para darle el toque final a las magdalenas, lee la nota de autor).
Las metemos en el horno, a 170-180ºC, durante unos 15 minutos. Antes de sacar las magdalenas del horno, pincharemos una de ella, en su parte central, para ver si están cocidas. Si el palo o cuchillo con el que las pinches sale limpio, estarán cocidas, si sale manchado, déjalas 2-3 minutos más y vuelve a probar.
Foto orientativa: etringita
Si la mantequilla no está a temperatura ambiente, o sea, a punto pomada, puedes hacer dos cosas. Derretirla en el microondas o hacerla cachitos pequeños.
Si lo prefieres, puedes usar manteca de cerdo en lugar de mantequilla, la cantidad de grasas saturadas será menor en este caso, aunque el sabor de la mantequilla puede que te guste y quieras usarla.
Otra opción para hacer estas magdalenas de forma diferente, es echar las nueces en la masa antes de repartirla en los moldes, en este caso no se verán las nueces y serán una sorpresa. Además, si queremos, podemos espolvorear con azúcar glass e incluso con chocolate derretido, una vez que saquemos las magdalenas del horno.
Otra opción es espolvorear con un poco de azúcar normal las magdalenas antes de meterlas en el horno, aunque esta hará que la masa pese más, y las magdalenas no tengan tanto copete.
Cómo hacer magdalenas caseras con tú Thermomix dejará de ser un misterio con esta receta de magdalenas con huevo, harina, leche, limón, aceite y azúcar.
¿Imagináis la cara de los más pequeños de la casa cuando le pongáis para desayunar una magdalena gigante?. Animaos a hacerla y a sorprender a todos.
Las magdalenas saladas, con bacón y queso, son una forma muy curiosa y divertida de hacer este clásico dulce pero con un sabor salado delicioso.
Para desayunar o merendar nada mejor que unas riquísimas magdalenas donde el azúcar se ha sustituido por miel, aderezadas con un poco de ralladura de limón.