Las patatas al ajillo son un acompañamiento perfecto para carnes y pescados, que también se puede servir como ración o aperitivo con alguna salsa.
Pelar las patatas es el primer paso lógico que tenemos que dar, para preparar las patatas al ajillo. Una vez peladas, las trocearemos y las pondremos a cocer en agua con sal durante 10 minutos. Una vez cocidas, las escurriremos bien y las freiremos en abundante aceite de oliva.
El sofrito del ajillo lo haremos picando los dientes de ajo muy finitos junto con el perejil fresco. Una vez que tengamos la picada, la echaremos en una sartén con un par de cucharadas de aceite de oliva, y lo doraremos todo durante unos minutos. Luego, añadiremos las patatas y lo rehogaremos todo junto durante un par de minutos más, con el fin de que las patatas fritas se impregnen del sabor del ajillo.
Hecho esto, serviremos las patatas al ajillo en los platos y, por último, espolvorearemos un poco de pimentón ahumado dulce por encima, que les dará un toque de sabor y color.
Foto y fuente: Josemari (Cocinar para los amigos)
La patata cambray va genial para esta receta, aunque puedes utilizar cualquier otra variedad de patata para su elaboración.
¡Receta fácil, rápida y sana de pescado! Este rape con patatas al ajillo es un recurso de 10 para días que quieres comer sano, y no tienes tiempo ni ideas.
Como guarnición para las carnes rojas, este salteado de patatas al ajillo es algo simplemente magnífico en todos los sentidos.
Si buscas un aperitivo o tapa fácil, rápida de hacer y sabrosa, prueba con estas patatas fritas al ajillo, ¡te aseguro que repetirás!
El acompañamiento ideal para cualquier tipo de carne. Champiñones, patatas, ajo y perejil, una mezcla perfecta.
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