Receta de Cheesecake de melón

Tritura las galletas (bien con el accesorio picador de tu batidora o bien metiéndolas en una bolsa de plástico apta para comida y aplastándolas con la ayuda de un rodillo) y cuando las tengas listas, las pasas a un bol, añades la mantequilla derretida y con una lengua de cocina o con las manos, lo mezclas todo hasta conseguir una textura de "arena mojada".

Pasa la masa de galletas al molde en el que harás el cheesecake de melón (preferiblemente desmoldable) y presiona bien por la base para que quede bien prieta. Si te sobra masa, colócala también por los laterales. Mete en la nevera para que se endurezca un poco mientras preparas el relleno.

Empieza por hidratar la gelatina en un cuenco con agua fría y por triturar más o menos la mitad del melón en la licuadora. Cuando tengas el zumo de melón, pásalo a una jarra y reserva.

Ahora, mete un vaso con un dedo de agua en el microondas y lo calientas. Cuando esté caliente, lo sacas, metes la gelatina escurrida y remueves hasta que esté totalmente diluida. En ese momento la pasas a la jarra con el zumo de melón, mezcla y reserva.

En un bol amplio pon la nata muy fría, añade (o no) una cucharada de azúcar y con unas varillas eléctricas empieza a montar la nata. Cuando esté casi lista, incorpora el queso crema, vuelve a batir y una vez esté integrado, agrega el zumo de melón con la gelatina.

Retira las varillas eléctricas y mezcla todo con una espátula haciendo movimientos envolventes para que no se baje la crema del cheesecake de melón.

A continuación, pica en daditos el resto del melón y añádelo a la masa de la misma forma.

Saca el molde con la base de galletas de la nevera, vierte la masa, repártela bien para que quede de forma uniforme y vuelve a refrigerar durante al menos 8 horas o hasta que esté bien cuajada.

Transcurrido el tiempo de reposo, saca el cheesecake de melón de la nevera, esparce una ligera capa de mermelada por encima, decora con unas moras y unos arándanos, desmolda ¡y a comer!

Foto orientativa: jpellgen

En el caso de que no quieras decorar la tarta con mermelada, te recomiendo que entonces sí que pongas la cucharada de azúcar que te indico en la receta en la masa, pues la mermelada ya aporta su propio dulzor a cada bocado (por lo que si no te gustan las cosas demasiado dulces, puedes prescindir del azúcar en la elaboración, de ahí que te diga que es opcional), pero si no la pones, puede que una vez lista, eches de menos ese puntito dulce.

Si una vez que tienes la masa del cheesecake de melón lista, (hayas puesto o no azúcar en la nata), la pruebas y te apetece que tenga un punto más dulce, puedes rectificar su sabor añadiendo una cucharadita más azúcar, pero en esta ocasión, azúcar glas para que se integre bien en la masa y no queden los gránulos.

Si la base de galletas te queda muy seca (dependerá del tipo de galletas que uses), tendrás que añadir un poquito más de mantequilla derretida hasta conseguir la textura indicada en la receta.

Yo suelo usar un molde circular desmoldable de unos 20 cm. más o menos de diámetro, pero puedes hacerlo en uno rectangular si quieres. En ese caso, te recomiendo que lo forres con papel vegetal para que lo puedas desmoldar bien. Es más, si quieres, también puedes hacer mini tartitas de queso y melón en vasitos individuales y así no tienes que desmoldar. Para eso, sólo tienes que poner unas cucharadas de la masa de galletas en la base de los vasos, presionar para que quede bien compacta y seguir con la receta tal y como te explico.