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- Receta de croquetas de centollo
Seguramente piensas que las croquetas caseras de tu madre son las mejores, pero, si pruebas estas ricas croquetas de centollo, puede que cambies de opinión.
Para preparar unas estupendas croquetas de centollo, comenzamos poniendo a calentar una cazuela con agua, una pizca de sal y un par de hojas de laurel.
Cuando comience a hervir, incorporamos los 2 centollos, y a partir de que el agua rompa a hervir de nuevo, dejamos cociendo el marisco unos 12 ó 13 minutos.
Transcurrido este tiempo, dejamos que repose apartado del fuego durante 5 minutos, y después, escurrimos el marisco y dejamos que se enfríe. Seguidamente, le sacamos toda la carne, y la desmenuzamos.
Cocemos 3 huevos, los pelamos y los picamos.
Derretimos la mantequilla en una cacerola, agregamos harina, dejamos que se cocine un par de minutos, y vertemos la leche, poco a poco, mientras removemos. Mezclamos bien, y añadimos la carne de marisco desmenuzada, el huevo picado, un poquito de sal, y tendremos lista la masa para nuestras croquetas de centollo.
Pasamos la masa a una bandeja, la cubrimos con film transparente, y la dejamos reposar 3 ó 4 horas en la nevera.
Pasado ese tiempo, amasamos las croquetas de centollo con porciones de masa, las pasamos por un plato con harina, por otro con 2 huevos batidos, y por un tercero con pan rallado, y las freímos, por tandas, en abundante aceite caliente,
Según se vayan dorando nuestras croquetas de centollo, las vamos colocando en un plato con papel de cocina, para deshacernos del exceso de grasa, y de ahí a la mesa.
Foto orientativa: jlastras
Este centollo relleno es todo un festín con el que podrás agasajar a tus invitados en cualquier época del año y no sólo en Navidad.
El sabor de la piña con el del marisco siempre combinan bien, por lo que los centollos rellenos de piña son la mejor forma de demostrarlo y presentarlo.
Para un aperitivo o un primer plato especial, los centollos rellenos pueden jugar un papel perfecto gracias a su sabor y a su mezcla de ingredientes.
El marisco es especialmente agradecido, con muy poco que se le haga. Un ejemplo de ello, lo encontramos en este delicioso e irresistible centollo cocido.