Receta de Galletas de mantequilla

Lo primeo que haremos a la hora de preparar estas riquísimas galletas de mantequilla es sacar la mantequilla del frío del frigorífico para dejarla que se atempere.

A continuación, juntamos la harina y la maicena, y la tamizarlas. Reservamos.

Ponemos la mantequilla a temperatura ambiente en un bol, y la batimos con las varillas (si tienes batidoras con varillas mejor que mejor, solo tardarás 1 minuto). Bajamos bien lo que ha quedado en las paredes y volvemos a batir un poco más.

Incorporamos el azúcar con una cuchara poco a poco, sin dejar de batir.

Una vez incorporada el azúcar, añadimos la esencia de vainilla, la clara de huevo y la sal, y seguimos batiendo.

En este momento, añadimos las harinas tamizadas, como el azúcar, a cucharadas, y batimos hasta que hayamos agregado la mitad de la harina. A partir de ahí continuaremos batiendo con un tenedor y terminaremos amasando con las manos.

Hacemos un bollo con la masa y la cortamos en 4 trozos más o menos iguales. Colocamos cada trozo entre dos papeles de hornear y la estiramos con ayuda de un rodillo hasta dejarla de unos 5 milímetros de espesor (puedes utilizar unos listones de madera a cada lado de la masa, para que esta tenga el mismo espesor en toda su superficie).

Metemos la masa en el frigorífico y la dejamos reposar como mínimo 3 horas, aunque lo ideal es dejarla de un día para otro.

Cuando vayamos a cocer las galletas, encendemos el horno y lo ponemos a 180ºC.

Cortamos la masa con el cortapastas (o con el cuchillo si no tienes) y las vamos colocando en la bandeja del horno, sobre un papel para horno o silpat.

Metemos las galletas en el horno de 10 a 15 minutos, dependiendo del tamaño de las galletas, aunque lo ideal es hornearlas 10 minutos con calor arriba y abajo (sin ventilador) y remato entre 3 y 5 minutos con ventilador para que se doren un poco.

Cuando estén doradas, retiramos la bandeja del horno y dejamos que se enfríen las galletas. Según se vayan enfriando se irán poniendo duritas, ya que al salir del horno están blandas. Una vez fresquitas, lo ideal es dejarlas enfriar del todo sobre una rejilla... Listas, unas galletas de mantequilla perfectas para el desayuno o una dulce merienda.