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- Receta de rosquillas esponjosas
Esponjosas y tiernas rosquillas con un toque de anís, naranja y limón. Perfectas para tomar con un vaso de leche o chocolate en el desayuno o merienda.
En un cuenco, tamizamos la harina, la levadura y añadimos una pizca de sal. Mezclamos todo e incorporamos las ralladuras de limón y naranja. Reservamos.
En un vasito, ponemos un par de cucharadas de leche y otra de anís y reservamos.
Ahora, en otro bol, ponemos los huevos junto con el azúcar y con la ayuda de unas varillas eléctricas, batimos hasta conseguir una mezcla blanquecina y espumosa. En ese momento, añadimos los líquidos que tenemos en el vasito y batimos de nuevo.
Incorporamos un hilito de aceite de semillas (unas 3 cucharadas) a la masa de las rosquillas y batimos.
Por último, cambiamos las varillas de batir por unas varillas de amasado y empezamos a agregar los ingredientes secos que tenemos tamizados y lo haremos por tandas, primero incorporando la mitad y seguidamente, la otra mita.
Dejaremos de mezclar cuando hayamos conseguido tener una mezcla homogénea y sin grumos. Tapamos con un trapo limpio y dejamos que repose unos 15 minutos.
A continuación, trabajamos de nuevo la masa, ahora con las manos sobre la mesa de trabajo (ligeramente enharinada) durante unos minutos más, plegándola sobre sí misma y haciéndola rodar. Comprobarás cómo empieza a adquirir una textura más suave y lisa y deja de ser tan pegajosa. Devolvemos la masa al bol, cubrimos de nuevo y dejamos en reposo de 30 a 45 minutos.
Pasado ese tiempo, ponemos una sartén honda con abundante aceite de oliva suave al fuego y calentamos. Entre tanto, tomamos porciones de la masa y vamos dando forma a las rosquillas boleándolas entre las manos. Atravesamos cada bolita con un dedo y giramos para crear el agujero central tan característico de este dulce.
Freímos cada pieza (puedes poner dos o tres a la vez, depende del tamaño de tu sartén, lo importante es que no se toquen para que no se peguen) a fuego medio-alto durante un minuto por cada lado o hasta que estén doraditas. Sacamos y las dejamos escurrir sobre una rejilla.
Una vez frías, ya tendremos preparadas unas estupendas rosquillas esponjosas y doradas listas para comer.
Foto orientativa: Aida
Si no tienes harina de maíz refinada, puedes poner toda de repostería. Incluso si no tienes, con harina de trigo normal también salen bien.
Puedes decorar las rosquillas espolvoreando (a través de un colador) azúcar glas por encima o cubriéndolas con un rico glaseado hecho con mantequilla, azúcar glas y agua como se hace en las rosquillas glaseadas.
Las rosquillas de la abuela tan típicas en Navidad, según la receta tradicional con aceite, harina, huevos, ralladura de limón y el toque justo de canela.
Deliciosas rosquillas con aroma a azahar, fritas y cubiertas de una crujiente capa de glasa de azúcar y mantequilla. Un desayuno
Las rosquillas de Santa Clara son un dulce típico de Madrid que unos compran y otros hacen casero con motivo de las fiestas de San Isidro.
Las roscas fritas eran típicas en los desayunos y meriendas de nuestras abuelas. Con estas roscas de anís fritas volverás a disfrutar de un dulce delicioso.