Recetas de Mermeladas
¡No te imaginas la cantidad de tipos de mermeladas que existen, pero estás a punto de verlas con tus propios ojos! Fundamentalmente, lo que abundan son las recetas de mermeladas de frutas con las que, desde tiempos remotos, se conseguía dar salida al excedente de frutas del verano a través de conservas que duran muchísimo tiempo, y que nos endulzan los desayunos, las meriendas, nos permiten hacer multitud de postres caseros, etc. Por eso, las más clásicas son las de las frutas de temporada que no se pueden disfrutar más que unos cuantos meses al año, como la mermelada de fresa, la mermelada de albaricoque, la mermelada de ciruela...
Pero también hay mermeladas caseras originales como la mermelada de kiwi, la mermelada de piña, la mermelada de naranja amarga de Sevilla, o la propia mermelada de tomate, todas ellas mermeladas de frutas excelentes, con sus particulares toques de sabor, acidez... Menos comunes son las mermeladas de verduras, pero también son habituales por la misma razón que comentábamos (por la constreñida estacionalidad de algunas verduras) y porque quedan bien: hablamos de la mermelada o confitura de cebolla, la mermelada de calabaza, etc.
Las tenemos todas, incluso algunos ejemplos de mermeladas caseras sin azúcar; en estos casos, el proceso cambia bastante, siendo bastante similar en el resto, independientemente de la fruta o verdura que se use para la mermelada o confitura casera en cuestión. Eso sí, si te ha traído hasta aquí el deseo de saber cómo hacer mermeladas, no te puede ir tampoco sin saber algo básico: cómo esterilizar los frascos para mermeladas caseras.